Historias de Telos
* Un amigo (estas cosas siempre le pasan a un amigo, no a vos mismo) llevó a su chica a un telo barato que queda en la estación de Temperley... Cuestión que una vez terminada la tarea, dejan a un lado el forro con wasca incluida. Al momento de la retirada la parejita mira arriba de la mesita de luz y ve muuuchas hormiguitas "tomando la leche"
* Había otro flaco muy fachero, bolsillo abundante, abogado recién recibido, absolutamente consumible, que nunca le habían conocido novia pero demostraba no ser gay y ser bien machito. La "amiga" de toda su carrera siempre había tenido ganas de darle un mordiscón, finalmente todo terminó como tenía que terminar: en la cama. El tema es que el pibe le pedia que empezara ella arriba y ella prefería estar abajo. Cuando dejaron de lidiar por las posiciones ella se dio cuenta del porqué de su insistente pedido: el pibe era tan pero tan pijudo que la terminó lastimando. Resultado, ella terminó en el ginecólogo y con su mejor cara le dijo "tuve relaciones con una persona de pene gigante"
* También otro flaco, tenía problemas de erección entonces cada vez que iba al boliche para levantarse una minita, llevaba en la guantera del auto un aparatito (dado por el médico) que hacía que se le pare: una especie de sopapa pero alreves para que hacía irrigar la sangre. "Mirá estoy en llamas, pero esperame la tengo que bombear"
* Una blogger es tan top que la llevan a telos glamorosos que en los servicios ofrecidos incluyen una laptop. Una vez terminada la tarea ella se aburre, se pone a jugar con la compu y a postear describiendo sus cochinadas.
Lo dijo: Tina - 1:31 p. m. -
lunes, diciembre 06, 2004
* Guacha *
Estamos rodeados de Guachas con mayúsculas, yo soy una de ellas, sin ir más lejos, pero hay guachas y guachas, ojo ahí.
Sábado: Fui a ver a Parque Lezama a ver una muestra de taller de percusión del señor Tegusigalpa pero la guachada me atacó y no me animé a ir a saludarlo, mi timidez me lo impidió. Shame on me.
Domingo: El supermercado de los chinos una vieja me miró de coté, con cara de rabia. Leí en esos ojos que decían que yo era Nemo, que estaba perdida y que lo seguiría estando. Me fichó de arriba abajo diciéndome que era un cruel, desalmada y por supuesto una guacha, obvio. Con mis ojos le dije que era una vieja "malco" y que no se meta en mi vida, que me agarre ésta y que alguien le haga el favor. El cruce furioso de miradas terminó cuando de reojo me llamó "asesina" al ver la latita de atún que acababa de comprar. Menos mal que no vio la sopita de camarón...
Lunes: El guarda le pide boleto a una mina en el tren y la muy guacha lo saca de donde lo tenía guardado... de su teta. Era es guacha zarpada.
Para dejar de ser menos guacha, (o pretender serlo) hoy fui a la muestra de Greenpeace para decir presente. Era un llamado de alerta a los delegados de gobiernos de todo el mundo que hoy comienzan a sesionar en Buenos Aires en la Cumbre de Cambio Climático.
Cuenten ustedes sus ultimas guachadas.
Lo dijo: Tina - 1:01 p. m. -