Every breath you take
Y ordenando su ropa, encontró la remera gris que él usaba para dormir, que se ponía cada noche después de bañarse. Esa remera vieja tiene su voz, su carcajada, la imagen de cada noche en que él leía y ella se acostaba en su pecho entre dormida y bailando con los latidos de su pecho. Tiene la oscuridad de las noches en que cuchareaban (todas) y él la protegía de sus miedos; las tardes en que el postre eran el uno y el otro; los días en que nada importaba y se encerraban a dejar pasar la vida con el ruido del tren y la marcha de las nubes. Esa remera fue su única compañía cuando él trabajaba de noche; esa remera es vida, azucar, sal, goce, lágrimas, la paz y la guerra, proyectos, porqués, abrazos del derecho y del revés. Todavía conserva ambos cuerpos impregnados, tiene la nostalgia de lo que tanto la hizo vivir y que ahora de a ratos la hace morir. Ella cierra los ojos, aspira todo ese perfume, sonrie, recuerda, pucherea, seca sus lágrimas y vuelve a sonreir.
Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take
I’ll be watching you
Every single day
Every word you say
Every game you play
Every night you stay
I’ll be watching you
Lo dijo: Tina - 8:16 a. m. -