Paja
Malas Palabras
Ximena Dahm andaba muy nerviosa, porque aquella mañana iba a iniciar su vida en la escuela. Corriendo iba de un espejo al otro por toda la casa; y en uno de esos ires y venires, tropezó con un bolso y cayó desparramada al piso. No lloró pero se enojó:
-¿Qué hace esta mierda acá?
La Madre educó:
¡Mijita, eso no se dice!
Y Ximena desde el piso quiso saber:
-¿Para que existen mamá las palabras que no se dicen?
Bocas del Tiempo
Eduardo Galeano
El domingo salió una notita en Clarín sobre las malas palabras y recordé una vez más que a mi me encantan y por lo tanto amo las personas que no se asustan cuando las escuchan. Me inspira cercanía alguien que recién conocés y larga una puteadita sin pestañear y creo que a todos nos pasa un poco lo mismo. Llegué a la conclusión que me repugna el hombre que no sabe putear como correponde: tuve un noviecito (tipo a los 12 años eh) que para putear lo hacia con larepuntadelobelisco y creo que el día que lo descubrí, fue el mismo día en que se ganó la tarjeta roja y afuera.
En el III Congreso Internacional de la Lengua Española -que hermosa la palabra l·e·n·g·u·a, es tan sensual- Fontanarrosa dijo sobre el tema: No es lo mismo decir que una persona es tonta, a decir que es un pelotudo. Tonto puede incluir un problema de disminución neurológico, realmente agresivo. El secreto de la palabra “pelotudo”–que no sé si está en el Diccionario de Dudas- está en la letra “t”. Analicémoslo. Anoten las maestras.
El punto es este, tengo mis puteadas favoritas como todo ser pensante pero calculo que no coinciden con las de la mayoría: Cuando tengo mis dias de "soyhorriblequenadiememire" -o días femeninos- me miro al espejo y todo el odio me digo "gorrrrrrrrdacerrrrrrrda". Mis días de holgazanería son hermosos días de paja... Ahora que la escribo me doy cuenta que la uso mucho: pajera, paja y sus derivados "Me da mucha paja esto o lo otro" "hola pajero/a" "salí jeropa". Ya lo decidí esa es mi palabrota preferida. A elegir las suyas, a putear se ha dicho.
Lo dijo: Tina - 8:03 a. m. -
jueves, septiembre 15, 2005
El ser Feo
No se me importa un pito
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Oliverio Girondo

Al principio uno se cree que ser feo y perdedor (mmm, debería decir loser para tener onda) son sinónimos, pero después te lo aprendes a tomar con más calma. De todos modos muchos tratan hasta el hartazgo de luchar contra la triste genética e intentan enmascarar la cruel verdad mediante cremas, cirugías o la bolsita de madera con agueritos para los ojos.
Una vez que superas esa etapa, empezás a hacerte cuasi amigo del espejo y hasta te aceptás como bagayo, empieza lo mejor: si la naturaleza no fue piadosa contigo, no calentarum, largo vivirum!
Todo ser que goza sólo de saborear un buen lomo, es digno de mi pena, y no por fea resentida sino porque los feos gozamos tanto con de un buen lomo como de un digno bagre y además está científicamente comprobado (??) que los feos cojen mejor.
Y la verdad de la milanesa es que escribí esto sólo para decir que tuve frente a frente a Nicole Neumann -cuyo nombre en el pasaporte es Nicolasa- y me pareció una mina garchable pero con la fealdad a flor de piel. Por eso quiero decirle desde el fondo de mi alma y desde mi pequeño blog que si quiere un nene de color que se vaya bien a la concha de la lora y se traiga un pibito VERDE.
Lo dijo: Tina - 4:01 a. m. -